Si la lluvia es sólo agua, y el agua no tiene olor, ¿por qué huele la lluvia? Científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) usaron cámaras de alta velocidad para observar que al momento del impacto en alguna superficie porosa, las gotas de agua forman pequeñas burbujas en su interior, como ocurre en una copa de champán. Al subir las burbujas, se rompen y liberan el aroma llamado petrichor (petricor en español), el olor que asociamos con la lluvia, un aceite liberado por algunas plantas que queda adsorbido a la superficie de las rocas y que al entrar en contacto con el agua se liberan, junto con otros componentes, como la geosmina, un producto metabólico de ciertas bacterias.
Petrichor, el olor que asociamos con la lluvia, se libera una vez que las gotas de lluvia golpean una superficie. Así fue nombrada desde 1964 por dos científicos australianos inspirados en las palabras griegas: petros (piedra) e ikhôr (líquido que fluye por las venas de los dioses en la mitología griega).