Desde hace más de 10 años investigadores ambientales han alertado del peligro de la desaparición de osos polares debido a la menor presencia de hielo en el Ártico, fenómeno que cada año se hace más evidente.
El 2018 fue el segundo año más cálido en el Ártico desde que comenzó a llevarse un registro en 1900 y, de acuerdo a la Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), el calentamiento ha alimentado "profundos cambios" en el ecosistema.
La pérdida de hielo marino en el Ártico debido al cambio climático es la amenaza más grave para los osos polares en todo su rango circumpolar.
El Grupo de especialistas en osos polares de la Comisión de Especies Sobrevivientes de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (SSC-UICN, por sus siglas en inglés) tiene la misión de coordinar, sintetizar y distribuir la información científica necesaria para guiar la viabilidad a largo plazo de los osos polares y sus hábitats. El grupo detectó apenas 19 subpoblaciones de osos polares en el Ártico, por ello en 2015 lo incluyó en su Lista Roja de Especies Amenazadas, otorgándole la categoría de "vulnerable". Sin embargo, en otros países su catalogación varia, por ejemplo en Canadá es considerado de “Especial preocupación”, en Groenlandia y Noruega como “Vulnerable”, en Estados Unidos como “Amenazado” y en Rusia en “peligro de extinción”.
El cambio climático podría hacer que el comportamiento caníbal de los osos polares sea más frecuente. El deshielo del Ártico hace más difícil que los osos tengan una plataforma sólida donde cazar focas. La imagen fue captada por un grupo de científicos en el 2016.
Apariciones en asentamientos urbanos
En años recientes se han registrado comportamientos diferentes en los osos polares, tal es el caso de su tránsito hacia el mar en busca de alimento, llegando incluso a los núcleos poblacionales donde son atraídos por los olores emanados de los contenedores de basura. En el 2017 una veintena de osos polares fueron atraídos por morsas que aparecieron en una zona de protección especial en Chukotka, Rusia.
El oso polar busca comida en el hielo profundo, al no encontrarlo se ve forzado a buscarlo en las orillas del mar.
A finales de ese mismo año, 60 osos polares convirtieron al pueblo de Kaktovik, Alaska, en su refugio durante el final del verano, lo que coincide con la caza anual de ballenas. Tras la distribución y procesamiento de la carne del cetáceo, los restos de huesos y piel fueron llevados a zonas lejanas del poblado para ser aprovechados por los osos.
A principios de febrero de este año en el archipiélago de Novaya Zemlya, también en Rusia, se vivió la llamada “invasión masiva sin precedentes” donde 52 osos hambrientos llegaron a las zonas habitadas.
Al decir de los habitantes del pueblo los osos han dejado de asustarse por el fuego, los ruidos estridentes o el sonido de los coches.
Al ser una especie en peligro de extinción en Rusia, los osos polares están protegidos, pero no en todo el país, por ejemplo no están protegidos en estas islas, que además es una zona militar restringida con una central nuclear y varios pequeños asentamientos.
En Canadá, en la costa de la Bahía de Hudson, la gente y los osos polares siempre han convivido armónicamente, sin embargo éstos casi nunca entraban en la ciudad, pero en los últimos años sus visitas han sido más frecuentes, tanto que la radio local con frecuencia hace anuncios sobre avistamientos, las escuelas cierran más temprano y las calles quedan vacías y solitarias a tempranas horas del día.
Para los habitantes de Arviat los osos son más curiosos que agresivos. Pero mantenerlos vigilados es crítico ya que la curiosidad puede transformarse rápidamente en agresión.
Churchill, Canadá, es conocido como la "capital del oso polar del mundo" y es un lugar turístico justo por la ideal de verlos a pocos metros en su ambiente natural. Pero hay que recordar que aquí las madres tienden a defender a sus cachorros y no siempre la convivencia o avistamiento es la mejor opción, además es una invasión a su hábitat.
Aaron Gibbons, de 31 años, se topó con un oso en la isla Sentry, un popular lugar de pesca y caza ubicado a unos 10 kilómetros de la aldea, en la costa oeste de la Bahía de Hudson. Para proteger a sus hijos, luchó con el oso pero perdió la batalla. ¿Y el oso? fue asesinado a tiros por otro adulto que llegó a la dramática escena.
El mejor sistema de seguridad puede ser violado, no por osos, sino por los turistas que son las criaturas más impredecibles de todas al asumir riesgos absurdos como es intentar hacerse la selfie más extrema. Hoy en día, una de las principales preocupaciones para la conservación de los osos polares es la pérdida de su hábitat de hielo marino y el acceso reducido a sus presas marinas, pero más importante aún es respetar sus habitats para no empezar a demonizarlos.
Bibliografía
www.iucn-pbsg.org
https://www.iucn.org/sites/dev/files/2016-2017_polar_bear_sg_report.pdf
https://polarbearsinternational.org/fr