En la juventud nadie tiene definido su destino, ni los grandes pensadores ni científicos del mundo. Así le sucedió a Charles Darwin, quien pensó que sería médico como su padre pero al presenciar una operación supo que lo suyo no era la sangre ni el dolor humano, así botó dos años de estudio. Luego quiso ser clérigo, pero los estudios teológicos le daban tal fastidio que compensaba su aburrimiento con su pasión por las clases al aire libre, como la de botánica y geología; fue ahí donde encontró y desarrolló su pasión por las ciencias de la vida, la observación de los organismos y el entendimiento del mundo natural.
Casi a punto de graduarse, su profesor de botánica, John Henslow, lo recomendó para acompañar al teniente Robert FitzRoy en su expedición por las costas de Sudamérica austral para delinear mapas de navegación. Esta recomendación, le dio la gran oportunidad de embarcarse en 1831, a sus 22 años en el bergantín llamado Beagle para comenzar el viaje que cambiaría su vida y la de la humanidad.
Cabe mencionar que como buen destino, Darwin fue la tercera opción para tal expedición. El naturalista original había sido Henslow, quien declinó por circunstancias familiares, mismo caso del segundo elegido. Con el tiempo encima, el clérigo botánico recomendó a Darwin, quien a cambio de vivir la experiencia se embarcó por casi cinco años, sin recibir remuneración alguna.
El 27 de diciembre de 1831 el Beagle zarpó de Davenport, Inglaterra , llegando en febrero a las costas de Bahía , Brasil . La expedición terminó el 2 de octubre de 1836.
En 1835 el Beagle llegó al archipiélago volcánico de las Islas Galápagos y ahí navegó durante un mes. Para los tripulantes ingleses las islas no eran un paraíso como las selvas tropicales antes visitadas, eran más bien desoladas, pedregosas y mortalmente calientes. En cambio para Darwin eran enigmáticas, sobre todo sus reptiles y aves, fauna local que presentaba notorias diferencias morfológicas de isla en isla. Para Darwin era extraño que en tres de las cuatro islas hubiera tantas variedades del sinsonte, además esas aves se parecían a otras vistas en Chile y Argentina. De estas reflexiones, empezó a vislumbrar la teoría de la evolución de las especies y a dudar de que éstas fueran ‘creaciones de un acto divino’.
Un dato curioso es que Darwin llevaba años observando y clasificando a los sinsontes y quiso establecer su paralelismo con los pinzones encontrados en las Galápagos, pues eran muy semejantes, sin embargo por errores de clasificación durante el viaje, nunca pudo lograr esta relación. Cosas de la vida: aunque la idea de la evolución nació de los sinsontes ha pasado a la historia por los pinzones de las galápagos que incluso se conocen popularmente como “pinzones de Darwin”.
Para Darwin , los picos evolucionaron según la disposición de alimentos. Los picos delgados para atrapar insectos y comer hojas y frutos blandos; los más cortos y gruesos para romper frutos y semillas, los picos largos y puntiagudos para extraer el néctar de flores y extraer insectos escondidos.
A su regreso a Inglaterra, Darwin empezó a trabajar con otros naturalistas, geólogos, anatomista y taxonomista, quienes empezaron a coincidir en los caminos de la evolución, además leyó ensayos de científicos sociales y economistas sobre crecimiento poblacional y estadística, sentando así las bases de la magna obra El Origen de las Especies.
La teoría evolucionista contra la religión
En 1856 Darwin no era el único con ideas evolutivas, el naturalista inglés Alfred Russel Wallace había estudiado varias especies en su estancia en Indonesia y también estaba desarrollando una teoría sobre la selección natural y la evolución de las especies, ideas que plasmó en una carta enviada a Darwin. Irónicamente, la competencia que significaban los descubrimiento de Wallace hicieron que Darwin, a finales de 1859, por fin terminara El Origen de las Especies. Sin embargo, como buen caballero, antes logró que la Linnean Society publicara tanto su ensayo como el de Wallace, compartiendo el honor como codescubridores de la teoría de la evolución, pero las relaciones sociales y prestigio del que ya gozaba Darwin, inclinó la balanza a su favor.
El tiempo le ha dado a Alfred Russel Wallace su merecido lugar como co-descubridor de la teoría de la Evolución de las Especies, junto con Darwin .
Como toda nueva teoría que rompe paradigmas y marca nuevos rumbos de investigación, a finales del siglo XIX los férreos opositores del darwinismo, entre ellos científicos y religiosos, fueron ganando terreno tanto así que durante las primeras tres décadas del siglo XX los evolucionistas ya eran pocos.
La cerrazón religiosa se transformó en prohibición en Estados Unidos, cuando en 1925 el estado de Tennessee aprobó una ley que condenaba enseñar la teoría de la evolución en las aulas, pero un joven profesor de biología, John Scopes, defensor de la libertad de expresión desafío la ley y dio paso a uno de los juicios legales más famosos en la historia internacional: el famoso “Juicio del mono”.
Recomendamos ver la película Inherit the wind (1960) o su versión en español Heredarás el viento (1999) sobre el famoso “Juicio del Mono”.
Fue hasta la década del cuarenta, con el florecimiento de la genética y otras ciencias, que el darwinismo empezó a revivir, y para 1959, a cien años de su publicación, la biología evolutiva ya era toda una línea de investigación científica. Sin embargo, no hay que cantar victoria, aún en pleno siglo XXI existen detractores de la teoría evolucionista, los llamados ‘creacionistas’, movimiento que representa toda una regresión científica y social.
¿Porqué las especies cambian a lo largo del tiempo?
Sin duda uno de los aciertos de Darwin para desarrollar su teoría fue el fijarse en las poblaciones y no en el individuo, este simple cambio de objeto de estudio sirvió para poder explicar más adelante la variabilidad.
A manera de síntesis aquí presentamos las principales ideas de la Teoría de la Evolución de las Especies, pero no dejamos de alertarlos de que pueden estar limitadas o demasiado simplistas, con esta síntesis queremos estimular la curiosidad para que lean la obra y saquen sus propios argumentos.
Darwin empezó a diseñar su teoría evolutiva a partir de cinco hechos irrefutables sobre la selección natural:
La tasa de crecimiento de todos los organismos es exponencial.
Las poblaciones permanecen constante, salvo por fluctuaciones anuales.
Los recursos para todas las poblaciones son limitados .
No hay individuos exactamente iguales, hay variabilidad.
La variabilidad es heredable.
A partir de estos hechos estableció que la competencia entre individuos por los recursos marcarían la lucha por la existencia donde sobrevivirían los organismos más aptos dando paso a la selección natural, la cual conlleva un cambio continuo y gradual de las poblaciones: eso es la evolución y explica el cambio continuo de las especies. En su libro, El Origen de las Especies (1859)
Darwin exhorta al lector a percibir la grandeza de la vida y la maravilla de la evolución
Una breve biografía
Naturalista, coleccionista, marido y padre de familia. Charles Darwin nació un 12 de febrero de 1809, en Sherewsbury, Inglaterra, su padre fue un reconocido médico rural, al igual que su abuelo Erasmus Darwin, quien también fue un naturalista de prestigio. A su regreso, en 1839, se casó con su prima Emma Wedgwood con quien tuvo diez hijos.
Derivado de su viaje en el Beagle, Darwin publicó varios libros, entre diarios de viaje, mapas cartográficos de la Patagonia y Tierra del Fuego, observaciones geológicas, zoológicas y botánicas, entre sus teorías destacan la de la evolución de las especies, dela formación de los arrecifes de coral y el origen del hombre y la selección en relación al sexo (1871. Murió a los 73 años de un ataque al corazón el 19 abril de 1882 en Down, Inglaterra.
TIP
Escucha las cápsulas que presenta Colombia Moya sobre Darwin y su visita a las Islas Galápagos, en el programa “Danza y variaciones”. https://www.imer.mx/19-de-abril-de-1882-muere-charles-darwin/
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