-La conferencia climática se realizará en Dubai, capital de los Emiratos Árabes (EAU)
-Es la primera vez que el presidente de una empresa preside la COP.
Eduardo Robaina*
Se acaba de anunciar que el sultán petrolero Ahmed Al-Jaber presidirá la COP 28, la conferencia anual de la ONU sobre el clima.
Ahmed Al-Jaber, de 43 años, es Ministro de Industria y Tecnología Avanzada, al mismo tiempo que presidente de la compañía petrolera de Emiratos Árabes Unidos, país anfitrión de la conferencia prevista en noviembre de 2023, también dirige Masdar, la compañía de energías renovables del país.
El nombramiento, que se ha hecho oficial este jueves 12 de enero, se produce «en un momento crucial, ya que el mundo se enfrenta a un impacto climático cada vez mayor y a retos para la seguridad energética, alimentaria e hídrica, así como para revertir la pérdida de biodiversidad», ha anunciado el propio gobierno de EAU en un comunicado.
En ese mismo escrito, dejan claro que buscan una transición energética basada en «un enfoque pragmático, práctico y realista«. Los planes a corto plazo del país árabe pasan por obtener 5,000 millones de barriles de petróleo y gas al año de aquí a 2030. Hecho que contrasta con un estudio científico que señala que las naciones más ricas deben reducir la producción de gas y petróleo en un 74% para 2030 si se quiere limitar el calentamiento en 1,5 ºC, mientras que los países más pobres deben hacer lo propio en 14% para entonces.
Esta será la tercera vez que una COP tiene lugar en Oriente Próximo tras la COP18 de Qatar (2012) y la reciente COP27 de Egipto. Actualmente, Emiratos tiene la sexta mayor huella de carbono per cápita. Acorde a la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA), es el séptimo productor mundial de petróleo y otros líquidos, con unos ingresos por exportación que superan los 70.000 millones de dólares. Asimismo, sus reservas probadas de petróleo y gas son enormes: 98.000 millones de barriles de petróleo y 215 billones de pies cúbicos de gas.
Emiratos Árabes Unidos, quien busca a base de proyectos faraónicos convertirse en una gran potencia renovable, es, desde hace unos años, miembro del Foro de Países Exportadores de Gas, el grupo que en noviembre de 2021 escribió a ONU Cambio Climático para denunciar que son víctimas de la “cultura de la cancelación”.
En el mundo ecologista las reacciones fueron inmediatas: “Es completamente grotesco”, lamentó Anne Bringault, de Climate Action Network.
“Si no dimite de su cargo de director general, las negociaciones de la ONU sobre el cambio climático quedarán en manos de una empresa petrolera nacional y de los grupos de presión de los combustibles fósiles. Es un claroconflicto de intereses”, declaró.
Hay otros precedentes en la historia de la cumbre climática. En la COP8 de Nueva Delhi (India), T. R. Baalu había sido con anterioridad ministro de Petróleo, y para la COP18 de Doha (Qatar), Abdullah bin Hamad Al Attiyah abandonó sus funciones en la industria petrolera antes de asumir la presidencia.
¿Quién es Ahmed Al-Jaber?
Ha sido en dos ocasiones el Enviado Especial para el Cambio Climático del país, primero entre 2010 y 2016, y nuevamente desde 2020 hasta la actualidad.
Se educó en Estados Unidos y Reino Unido, y ha sido el rostro del sector energético del país árabe durante la última década. Al Jaber no pertenece a la familia real, y es conocido por tener una sólida agenda de contactos globales entre líderes mundiales y directores ejecutivos. Esta no será su primera cumbre del clima. Ha participado en más de 10 COP, incluida la última de Sharm El Sheik, donde Emiratos mandó a más de 1.000 delegados, más que ningún otro país.
No obstante, y a pesar de su dilatada experiencia en materia climática, su caso es un claro ejemplo de perfil ‘retardista’, es decir, aquellas personas que, si bien no niegan el cambio climático, sí obstruyen o retrasan toda acción urgente contra el calentamiento global.
A diferencia de los negacionistas puros –quienes directamente niegan la ciencia en torno al cambio climático–, los retardistas pasan más desapercibidos y son más difíciles de detectar. A priori, trabajar para defender los intereses económicos de la industria hace que lo sean. Ahmed Al Jaber ha evidenciado en múltiples mensajes en los últimos años que, si bien puede tener preocupación por la crisis climática, le importa más que los combustibles fósiles sigan teniendo el monopolio energético.
Durante la Exposición y Conferencia Internacional del Petróleo de Abu Dhabi (ADIPEC) de 2021, Al Jaber dejó claro que hay que «avanzar con pragmatismo» y anunció inversiones anuales en combustibles fósiles de 600.000 millones de dólares hasta 2030.
En un evento de la industria petrolera celebrado el pasado octubre en Londres, pidió abogar «por un enfoque integrador que aproveche la experiencia de la gente de la industria del petróleo y el gas».
Entre los últimos planes en materia energética que tiene en marcha el político y magnate emiratí destaca cambiar una central de carbón por una de gas e inversiones millonarias con Estados Unidos para proyectos de captura de carbono (tecnología inmadura a la que se agarran muchos retardistas). También tiene acuerdos para potenciar el hidrógeno verde junto a Alemania y para la construcción en Egipto de un parque eólico terrestre de 11.000 millones de dólares.
El próximo otoño, del 30 de noviembre al 12 de diciembre, casi 200 países volverán a la mesa de negociaciones por el clima. El país y el hombre anfitrión hacen temer una nueva cumbre sin un acuerdo que condene los combustibles fósiles.
*Artículo publicado originalmente en Climática, suplemento de lamarea.com
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