Se crea el Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado con financiamiento mínimo de 300.000 millones de dólares anuales hacia 2035
El siguiente año se activará un sistema global para créditos de carbono
La COP29, celebrada en Bakú, Azerbaiyán, cerró sus trabajos en el último minuto del domingo, una mala costumbre que se ha visto en las más recientes reuniones de alto nivel (COP16 de Biodiversidad) para hacer frente a los daños causados por el cambio climático.
Los acuerdos dejaron insatisfechos a todos por su insuficiencia y limitación, al grado que activistas globales se manifestaron alrededor de la sede y al unísono gritaron “más vale un no acuerdo, que un mal acuerdo”.
Al cerrar el telón de la COP29, celebrada en medio de un año marcado por temperaturas récord y catástrofes climáticas devastadoras, el Secretario General de la ONU, António Guterres, declaró "Esperaba un resultado más ambicioso, tanto en materia de financiación como de mitigación, para afrontar este gran desafío, pero este acuerdo proporciona una base sobre la cual construir".
Panorámica de la sala plenaria de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP29, en Bakú (Azerbaiyán). Foto: UNFCCC(Kiara Worth
Entre los logros, los que siempre salen a flote son los mecanismos financieros, de tal forma que quedaron asentadas las bases para el avance en la financiación climática.
Se estableció el Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NOCC), que fija una financiación mínima de 300.000 millones de dólares anuales hasta 2035, por parte de los países desarrollados y otros fondos provados como el Banco Mundial. Cifra del más del doble del objetivo anterior (100 mil mdd), pero menos de una cuarta parte del monto solicitado por las naciones que serán las más afectadas por el clima extremo.
Se aprobó nueva metodología para un mercado internacional de carbono que consiste en permitir a países y empresas a utilizar créditos de carbono para cumplir objetivos de mitigación.
El artículo 6 del Acuerdo de París insta a los países a cooperar para reducir sus emisiones de carbono y señala que un país puede transferir a otro los créditos de carbono que haya obtenido mediante la reducción de sus emisiones.
Esto supone que los países que liberen poco C02 pueden vender derechos de emisión a quienes más generen, bajo la gestión de Naciones Unidas, con garantías de contabilidad y con registro de intercambios.
Según la presidencia de Azerbaiyán, la creación del Mercado de Carbono de la ONU podría desbloquear flujos de inversión de 250.000 millones de dólares al año, lo que podría facilitar a los países el cumplimiento de sus respectivas contribuciones climáticas nacionales (NDC) que en cumplimiento de los acuerdos climáticos habrán de ser más ambiciosas.
La lista de países “en desarrollo” elaborada por la Convención de la ONU sobre Cambio Climático, incluye a China, país que por esta 'condición' y pese a ser el mayor contaminante del mundo, puede aportar recursos de manera voluntaria. Verdaderos países en desarrollo han pedido eliminar de esta lista a China, sin que nada suceda a la fecha.
A finales de febrero de 2025, los países deberán presentar sus nuevas contribuciones determinadas a nivel nacional (NDCs), hacia el 2025. Algunos que se adelantaron fueron Brasil, con una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero entre un 59 y 67 %; Reino Unido, con un 81%, Emiratos Árabes Unidos con un 47%; la Unión Europea con un 90%.
Temas como la transición justa, la adaptación, pérdidas y daños y una referencia explícita al abandono de los combustibles fósiles, quedaron en el olvido en esta COP29.
Mirando hacia la COP30: Expectativas en Brasil
En los próximos meses la presidencia de la COP29 deberá hacer llegar la Hoja de ruta de Bakú a Belém hacia el 1.3T (en referencia a los 1.3 billones de dólares al año para el 2035 para los países en desarrollo mediante subvenciones e instrumentos que no generen deuda) en la que se recogerán aclaraciones y más detalles sobre la financiación, con miras a la COP30, a desarrollarse en Belém, Brasil, un evento que muchos apuestan, será un parteaguas en las negociaciones climáticas debido a que se revisarán los avances en materia de adaptación y la mitigación establecidos en el Acuerdo de París, a 15 años de su creación.
El Acuerdo de París establecía mantener el calentamiento global por debajo del 1.5 grados centrígrados, respecto a los niveles de 1990. A la fecha, según cifras de la ONU, estamos en 1.3 grados y se espera que para fin de siglo subamos a 3 grados, un clima insostenible para el mundo que conocemos hoy.
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